martes, 21 de junio de 2011

El río de los recuerdos

Creo que todos tenemos varios ríos que nos han marcado y en cierto modo han modelado nuestra identidad como pescadores, pues bien, sin duda este es uno de los que más han influido sobre mí.
Evidentemente no es uno de esos grandes ríos de los que hablan en revistas o foros, es un pequeño riachuelo que nace en las montañas que veo desde mi casa y solo eso ya le hace especial. Creo que este junto con otro que comparte montañas con él, son los culpables de mi pasión por estos riachuelos que tienen más ramas que agua.



Como todos los ríos de este tipo, las truchas suelen ser relativamente pequeñas,  pero el tamaño no es el motivo que me hace pescar estos ríos, tienen muchas cosas que compensan con creces.






 
Es un río que mantiene una buena población de truchas, bravas y esquivas, algo que suele ir de la mano en este tipo de ríos.






Siempre recordare una jornada hace ya muchos años, siendo un niño y sin tener mucha idea de pescar pues he tenido que ser autodidacta, no tenia quien me enseñase a pescar pero las ganas que le ponía, podía con todo, bueno al grano, que me desvió... el caso es que siempre recordare una tarde de abril, en el que conseguí pescar 5 truchas aquí, en esos momentos todo un record, y no quedó ahí, pude ver que cuando volvía a ir, iba superándome y cogiendo alguna trucha más incluso. Hoy por hoy, esos números no me parecen relevantes, pero solo pensar la satisfacción que tenía en esa época, vale mucho.






El río se caracteriza por tener una fuerte pendiente durante todo su recorrido, algo que facilita la creación de pequeños pozos que en muchos casos tienen una gran profundidad en comparación con la superficie que ocupan.
Y a pesar de que he dicho, que es un río de truchas pequeñas, si que es verdad que tiene una relación tamaño del río/ tamaño de las truchas mayor que en otros ríos de características similares.





 Me despido con esta curiosa imagen, es una muestra de que la vida se abre camino, es un aliso que intenta crecer en una pequeña grieta, llevo años siguiéndole y va creciendo lentamente pero constante.




Espero que os haya gustado.
Un saludo y hasta la próxima.

sábado, 4 de junio de 2011

Un nuevo rincón

Yo creo que dentro de los pescadores hay dos tipos de actitudes, los hay que prefieren seguir consejos sobre ríos y zonas de pesca y que siguen el refrán más vale lo malo conocido... dentro de este grupo están los que además no se conforman con eso, también quieren saber qué, cómo y cuándo comen las truchas. Por otro lado están otros que son como los antiguos buscadores de oro, normalmente desoyen consejos y se lanzan a la búsqueda de ríos casi por intuición.
Yo, aunque se apreciar cualquier información sobre tal o cual río, no puedo negar que para mí es un vicio perder ratos libres buscando por mapas nuevos ríos. Sin duda esto es arriesgado y ya he dado algún patinazo, como hacer bastantes kilómetros para descubrir un riachuelo seco, pero creo que todo esto compensa cuando de vez en cuando hay suerte y encontramos "un nuevo rincón".

En esta entrada ocurrió algo parecido, siempre me había interesado un río que transita por una zona que parece estar alejada de todos lados y que no suele ser tenido en cuenta, algo me decía que podría ser un buen sitio y tras dar un montón de vueltas sin encontrar nada de información sobre él, este año decidí aparecer por sus orillas a ver que pasaba.
El entorno y el río eran maravillosos así que no tarde mucho en montar mi caña y probar suerte



Cuando vamos un poco a la aventura, es de agradecer que a los 3 ó 4 primeros lances capturemos nuestra primera trucha, en este caso de una talla pequeña pero al menos se puede comprobar que el río tiene truchas.



Los lances se suceden y vuelvo a repetir con más truchas de pequeño tamaño, parece que el viaje va a merecer la pena y como colofón, empiezan a aparecer truchas de mayor tamaño.



Con esto me doy por satisfecho, la verdad es que tampoco pido mucho.


Por el momento todo va saliendo bien, pero todo se puede mejorar, los más observadores os habréis fijado que en la primera foto se ve que por la izquierda desemboca un pequeño afluente que no había tenido en cuenta cuando planifiqué esta pequeña aventura, para esto es una ventaja tener la normativa e incluso algún mapa topográfico en el coche, descubierto el nombre del pequeño río y comprobando que se puede pescar en él, no puedo evitar probar suerte a pesar de que en su hermano mayor estoy sacando bastantes truchas.

Esto es lo que me encuentro:



El afluente es de los que me gustan, pequeñito con vegetación por todos lados.



Tampoco me defrauda y trabajandolo un poco con las ninfas van apareciendo algunas de sus habitantes, como era de esperar de pequeño tamaño, claro.


El tiempo se me estaba echando encima y era hora de dejar de pescar, que difícil suele ser esto...
Veo un pequeño pozo y decido que ahí terminare esta pequeña aventura.
Es un bonito lugar para terminar, pero no es solo eso. Es uno de esos lugares en los que la intuición te dice: "Péscalo con cuidado que puede haber alguna sorpresa..."



Intento tomarmelo con relajación y agazapado observo como puedo el fondo, la verdad es que estoy viendo varias truchitas pequeñas pero en lo que considero la mejor zona para alimentarse una trucha no hay nada. Algo me dice que a pesar de todo debería lanzar ahí y por supuesto lo hago. Es el momento en el que entiendo por qué no veía nada, una buena trucha es dueña del territorio pero estaba detrás de una piedra alargada que me impedía verla, con el primer lance lo único que consigo es que se desplace un poco, pero lo suficiente para poder localizarla.
Estoy unos instantes sin lanzar para que no empiece a desconfiar, de nuevo lo intento pero con la ventaja que da tener localizado el objetivo, la trucha abre la boca... toca pelear.


Con esta magnífica trucha decido poner fin a la pequeña aventura. El día a merecido la pena, he visitado una zona con un entorno natural fantástico y a falta de un río he conocido dos.
De regreso al coche empiezan a sonar fuertes truenos, creo que he hecho bien en dejar de pescar.

Un saludo y hasta la próxima.