martes, 27 de septiembre de 2011

Aguas bravas


Sin lugar a dudas, este río puede dar el mayor de los miedos cuando la meteorología así lo decide y también puede dar las mejores alegrías si la meteorología nos hace un pequeño guiño.
Lo primero es así porque cuando se juntan varias circunstancias, este pequeño torrente de montaña puede tener un caudal que pocos podrían imaginar que junto con su accidentada altimetría le convierten en un auténtico peligro, sobre todo en días de deshielo por fuertes lluvias. Parece mentira los enormes bolos que suele desplazar todos los años.
Por otro lado, sus características, lo hacen un río muy técnico a la hora de pescarlo pero que si temperatura y climatología forman la ecuación perfecta, estaremos en las puertas de pasar un día magnifico en el que si bien el tamaño sera contenido si que será pródigo en capturas.


En fin, ya me habréis visto el plumero y os daréis cuenta que este río me hace "tilín", yo no lo voy a negar, es uno de mis ríos, bueno para que voy a andar con rodeos, es mí lugar de pesca por excelencia y los que me conocen lo saben.


Un saludo y hasta la próxima!!

viernes, 16 de septiembre de 2011

¿Por qué?

¿Por qué qué? estaréis preguntándoos algunos. No os preocupéis, os sacaré de dudas, pero vais a tener que esperar un poco todavía. 

Todo esto me estaba rondando desde hace unos días, después de dar un vuelta por la montaña en una de esas tardes que tienes un rato libre.  
Esto de ir a la montaña es muy relativo para mí, esta claro que es una de las cosas que más me gusta, puedo pasar horas sentado mirando las montañas, y eso por no hablar de darte una buena caminata  por ellas.. ya me estoy desviando... en fin, a lo que iba; pues eso, que ir a la montaña normalmente implica ver ríos y por suerte ver ríos todavía implica ver truchas, más grandes o pequeñas, mayor número o tan solo unas pocas, pero truchas al fin y al cabo. Por tanto os podréis imaginar lo que significa ver un puente, más aún cuando tiene un bonita estampa como la de la foto, donde el río hace "espejo" y deja una curiosa imagen. Por supuesto de este detalle tuvo que fijarse Cristina, yo estaba cegado buscando truchas.


Con tan solo subirte al puente se podía ver un buen puñado de truchas, a lo suyo, es decir, comiendo, comiendo, comiendo...


La verdad, era uno de estos momentos en los que te quedas con una cara bobalicona y una gran sonrisa viendo cómo esa  gran trucha que está debajo de la rama se como todo lo que pasa, o ver cómo ninfean esas que les entra un poquito de corriente.


Y todo esto que os digo era generalizado, se podían ver campar a sus anchas por todos lados, sin ir más lejos esta tabla hervía literalmente.


Y este es el momento de mi pregunta... ¿Por qué? Por qué no nos dejan pescar este tipo de ríos en estas fechas, evidentemente estoy hablando de permitir la pesca sin muerte en estos escenarios que dependiendo de la normativa de las distintas comunidades, en muchos de ellos ya esta finalizado su periodo de pesca.
Y qué razones hay para no pescar sin muerte estos ríos, seguro que alguno pensará... es que hay que dejarlas tranquilas que están en periodo de prefreza!!! pues bueno, al fin y al cabo en Estados Unidos se han hecho estudios sobre si afecta la pesca sin muerte en este periodo sobre las futuras frezas, los resultados son concluyentes, no tiene ningún efecto negativo. Por tanto creo que si en este tipo de ríos nos dejasen pescar sin muerte, al menos podrían estar "vigilados" porque, siendo realistas, por toda clase de circunstancias, los ríos lamentablemente no están debidamente vigilados y quién no te dice a ti que algún descarado, viendo lo mismo que yo, decida querer cenarse algunas truchas, algo que no hace falta estudios de ningún tipo para saber que eso sí que tiene efecto en la frezas.
Esta es mi opinión, quizás pueda ser polémica para algunos, pero seguro que otros también piensan de forma parecida.

Un saludo y hasta la próxima.

sábado, 3 de septiembre de 2011

The green river


Si bien en la última entrada que coloqué hablada de días no demasiado entretenidos en cuento a capturas, ahora os hablo de una mañana con la primavera muy avanzada, ya casi verano podría decirse.
No es que pescásemos una cantidad de truchas exagerada, pero si es verdad que tuvimos uno de esos ratos mágicos que son los que realmente recordamos.


La verdad es que este es uno de los ríos que más me gusta de todos los que he pescado, realmente la cantidad de truchas es lo de menos, es uno de esos ríos en lo que se va a relajarse y disfrutar.



Las truchas que íbamos engañando no eran de gran tamaño, pero la pelea y la forma de cebarse eran suficiente para estar disfrutando mucho.


Desde luego, el río es una maravilla, vamos, creo que sobran las palabras



Zonas como esta, dan muchas opciones de capturas.


La verdad es que no ningún signo de que estuviesen emergiendo insectos pero las truchas se cebaban. Solo había que buscar un poco por la orilla y encontrar la respuesta.
Se podían ver grandes pérlidos, como este macho de  Perla bipunctata.

 
Pero destacando estos otros pequeños y simpáticos plecóteros, los isoperlidos, concretamente eran       Isoperla grammatica o Yellow sally como la llaman los anglosajones y que es, sin duda, uno de mis insectos favoritos.


Y bueno, si juntamos a las yellow sallys con corrientes como esta, el resultado es fácil de adivinar.








Después de varias capturas en poco tiempo llegamos a una zona en la que teníamos grandes esperanzas y donde la actividad de los peces cesó por completo, tras andar rápido río arriba vimos la razón, se nos había colado otro mosquero.
Decidimos subir aproximadamente un kilómetro río arriba para dejar espacio al otro pescador y probamos suerte en una serie de pozos. Yo tengo una cuenta pendiente con uno de ellos pues llevo perdidas varias truchas grandes en diferentes momentos, este día no podía ser de otra forma y una gran trucha me rompió mi terminal del 0,13 mientras saltaba, la verdad no creo que pudiera haber hecho nada, la situación no me daba ventaja.

Seguimos pescando río arriba buscando truchas de buen tamaño para pescar a pez visto pero no tuvimos demasiada suerte, aquí se puede ver al amigo Dani intentándolo con una gran trucha de muchos centímetros, tantos que hacia ver pequeñas a otras compañeras que median en torno a cuarenta centímetros.


Finalmente, dejamos de pescar para ir a comer, decidiendo probar suerte por otro lado, no con la esperanza de pescar mas o mejor, ya que eso no era fácil pero ya sabemos, algunos estamos locos y teníamos que conocer un nuevo río.

Un saludo y hasta la próxima.