Si bien en la última entrada que coloqué hablada de días no demasiado entretenidos en cuento a capturas, ahora os hablo de una mañana con la primavera muy avanzada, ya casi verano podría decirse.
No es que pescásemos una cantidad de truchas exagerada, pero si es verdad que tuvimos uno de esos ratos mágicos que son los que realmente recordamos.
La verdad es que este es uno de los ríos que más me gusta de todos los que he pescado, realmente la cantidad de truchas es lo de menos, es uno de esos ríos en lo que se va a relajarse y disfrutar.
Las truchas que íbamos engañando no eran de gran tamaño, pero la pelea y la forma de cebarse eran suficiente para estar disfrutando mucho.
Desde luego, el río es una maravilla, vamos, creo que sobran las palabras
Zonas como esta, dan muchas opciones de capturas.
La verdad es que no ningún signo de que estuviesen emergiendo insectos pero las truchas se cebaban. Solo había que buscar un poco por la orilla y encontrar la respuesta.
Se podían ver grandes pérlidos, como este macho de
Perla bipunctata.
Pero destacando estos otros pequeños y simpáticos plecóteros, los isoperlidos, concretamente eran
Isoperla grammatica o Yellow sally como la llaman los anglosajones y que es, sin duda, uno de mis insectos favoritos.
Y bueno, si juntamos a las yellow sallys con corrientes como esta, el resultado es fácil de adivinar.
Después de varias capturas en poco tiempo llegamos a una zona en la que teníamos grandes esperanzas y donde la actividad de los peces cesó por completo, tras andar rápido río arriba vimos la razón, se nos había colado otro mosquero.
Decidimos subir aproximadamente un kilómetro río arriba para dejar espacio al otro pescador y probamos suerte en una serie de pozos. Yo tengo una cuenta pendiente con uno de ellos pues llevo perdidas varias truchas grandes en diferentes momentos, este día no podía ser de otra forma y una gran trucha me rompió mi terminal del 0,13 mientras saltaba, la verdad no creo que pudiera haber hecho nada, la situación no me daba ventaja.
Seguimos pescando río arriba buscando truchas de buen tamaño para pescar a pez visto pero no tuvimos demasiada suerte, aquí se puede ver al amigo Dani intentándolo con una gran trucha de muchos centímetros, tantos que hacia ver pequeñas a otras compañeras que median en torno a cuarenta centímetros.
Finalmente, dejamos de pescar para ir a comer, decidiendo probar suerte por otro lado, no con la esperanza de pescar mas o mejor, ya que eso no era fácil pero ya sabemos, algunos estamos locos y teníamos que conocer un nuevo río.
Un saludo y hasta la próxima.