La verdad, no se que le hace especial a la pesca a mosca; lo que sí veo es que una vez te atrapa no puedes escapar. Te transforma, te hace ver las cosas de otra manera. Siempre que ves un puente sientes la necesidad vital de ir ver algún pez. Te hace pensar en qué estará ocurriendo en el río cuando ves unos nubarrones en el mes de marzo pensando en la posibilidad de que estén emergiendo
rhodanis. Siempre que ves algun tipo de hilo, plastiquillo, cordon.... lo único que pasa por tu cabeza es una posible utilidad para ponerlo en un anzuelo y hacer esas cosas que llamamos moscas...
Todo esto queda en un segundo plano cuando llegan estas fechas. Ya, como quien dice, tenemos la temporada a la vuelta de la esquina, y si, se que los intensivos existen, algunos de gran calidad incluso, de los que sacamos partido. Pero no nos podemos engañar, no es lo mismo y por mucho que nos hagan disfrutar siempre tendremos en mente nuestros ríos, que en estos días a mí, y me imgino que no soy el único, me quitan el sueño.
Solo veo moscas, bajos de linea, truchas comiendo tricópteros como si fueran pirañas...
Con todo este cacao mental que tengo, me llego el recuerdo de un momento concreto de la pasada temporada, en la que hice de "guía" con un amigo, y que, como no podía ser de otra manera, finalmente tuve que pedirle que me dejase lanzar con su caña... (todavia no entiendo por qué dejé la mía guarda en el coche).



Sin duda fue una tarde genial, intentando pescar unas rápidas, difíciles y maravillosas truchas.
Un saludo y hasta la próxima